El objetivo es invitar a profundizar en la impronta que el pintor aragonés dejó en la localidad zaragozana a través de distintas actividades culturales, divulgativas y gastronómicas, mediante un atractivo programa con el que dar a conocer su historia en el periodo de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX a través de visitas guiadas teatralizadas, recreaciones históricas y degustación del vino y los productos de la zona cocinados como en la época goyesca.
Uno de los principales reclamos de las jornadas es la llegada de un centenar de recreadores históricos procedentes de diferentes puntos de España y otros países para reproducir el episodio de la ocupación del castillo de la Villa de Muel por las tropas francesas tras la capitulación de Zaragoza en 1809.
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