Bolea

Bolea, situada sobre un promontorio que irrumpe en el paisaje y domina el llano, luce en su punto más elevado la Colegiata de Santa María, construida por Pedro de Irazábal entre 1541 y 1559. El edificio actual fue construido sobre el antiguo templo románico del siglo XII, del que se conserva la cripta bajo el presbiterio, el muro de cabecera y la torre campanario. Posee tres naves separadas por un variado repertorio de pilares fasciculados de capillas del siglo XII provenientes de un antiguo castillo fortaleza árabe, resultando todo el templo de la misma altura y dando un efecto luminoso y diáfano que sorprende gratamente. La joya más valiosa de este templo es el retablo del altar mayor. Una obra maestra que combina escultura y pintura del XVI (1490 y 1503), en gótico mudéjar, perteneciendo al anterior templo. Se compone de 20 tablas pintadas al temple y 57 tallas en madera policromada, de ciprés, nogal cerezo y pino de Flandes. Destacan las pinturas realizadas por el conocido como Maestro de Bolea. Además de otros muchos retablos que atesora el templo, es inevitable detener la vista en la panorámica de la Hoya que desde allí se tiene

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