Construido por el arquitecto zaragozano Agustín Sanz e inaugurado el 25 de agosto de 1799, ha sufrido a lo largo de los siglos XIX y XX diversas reformas, de las que destacan las de José de Yarza (1858), Ricardo Magdalena (1870), Regino Borobio Ojeda (1940) y José Manuel Pérez Latorre (1986).
Destacan las pinturas del escenario y de los laterales de Marcelino de Unceta, los techos con obras de los artistas aragoneses Joaquín Pallarés, Dionisio Lasuén, Emilio Fortún, Ángel Gracia y Mariano Oliver y el hall presidido por el mural de Manuel Broto.
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